La historia rima y, si bien para la mayoría de nosotros, acontecimientos como esta crisis biosanitaria son novedosos, lo cierto que es que la humanidad siempre ha convivido con escenarios de catástrofes, naturales o provocadas, y siempre hemos salido adelante.
En un mundo totalmente interconectado, esta crisis tiene indudablemente un impacto global pero no deja de ser un escenario sistémico por el que ya hemos pasado como fue la crisis del petróleo, la financiera/subprime, las guerras mundiales o la llamada gripe española.
Cuando todavía recordamos la crisis hipotecaria del 2008, y con una tímida recuperación económica, el Consejo de Ministros de España decretó el Estado Alarma, mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, y nos hemos visto de pronto envueltos en una crisis sanitaria en la que se restringe la libertad de circulación en muchos países con la consiguiente limitación del desarrollo económico y el previsible decrecimiento del PIB mundial.
Los indicadores económicos invitan el pesimismo, pero no podemos olvidar que hoy estamos tecnológicamente mucho más preparados que nunca para afrontar este tipo de desafíos, los países colaboran entre sí y ya se habla de posibles terapias o incluso del desarrollo de vacunas en tiempo record. Hace no tanto, durante las guerras mundiales no había ni siquiera antibióticos y hoy, unos meses después del inicio de la pandemia, está ya secuenciado todo el material genético del COVID-19.
Aunque parece difícil ver la luz al final del túnel, el espíritu de lucha inherente a la humanidad hará de esta situación una oportunidad para perfeccionar nuevas formas de trabajo, adoptar soluciones innovadoras para problemas futuros y sin duda incrementar los esfuerzos globalmente para prevenir futuros eventos como este.
Esta situación será transitoria, perderemos riqueza y habrá pacientes que no superen la pandemia, pero la reacción de la sociedad, el esfuerzo colectivo y el ingenio humano invitan al optimismo, daremos algún paso atrás, pero servirán, seguro, para coger impulso hacia el futuro, como ha sido siempre.
*Con carácter previo a modo de cautela, advertimos que este análisis se desarrolla a la vista del actual marco normativo y de las medidas adoptadas hasta la fecha y, ello, sin perjuicio de las medidas que en los próximos días pudieran adoptarse.
