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El orden económico como objeto de protección, ha propiciado que sea, precisamente, en el derecho penal, donde podemos encontrar soluciones para nuestros clientes, garantizando la protección de nuevos bienes jurídicos que surgen en el ámbito económico.
La última década ha marcado el derecho penal económico, particularmente por la nueva regulación de la responsabilidad penal de las personas jurídicas.
La introducción de la responsabilidad penal de las personas jurídicas en el Código Penal en 2010, así como su posterior reforma en 2015, en la que se precisaban importantes conceptos como el "debido control" empresarial, han supuesto un gran impulso al derecho penal económico y en concreto, al compliance o cumplimiento normativo penal.
“Tenemos el firme compromiso
de trabajar con dedicación
plena para articular la mejor
defensa de nuestros clientes."
La notable repercusión de estos cambios en el horizonte corporativo español ha supuesto que nos centremos en analizar y dar a conocer las consecuencias de estas reformas, en asesorar en materia de compliance y en el diseño e implantación de programas de prevención de delitos en el ámbito empresarial.

La expansión del derecho penal económico encuentra su razón en la aparición de nuevos riesgos, junto con la percepción social de inseguridad y unida a la globalización e integración supranacional, que da lugar a la necesidad de una nueva regulación.

El orden económico como objeto de protección, ha propiciado que sea, precisamente, en el derecho penal, donde podemos encontrar soluciones para nuestros clientes, garantizando la protección de nuevos bienes jurídicos que surgen en el ámbito económico.
El hecho de incluir la intervención penal en materia de criminalidad económica, otorga especial relevancia a la evolución del derecho penal por su mayor neutralidad respecto a la falta de imparcialidad del derecho administrativo.

Por tanto, el derecho penal aparece como un elemento idóneo para proteger intereses jurídicos distintos de los tradicionales, justificando la protección de los derechos individuales y colectivos mediante la tipificación constante de nuevas conductas.

Dentro la práctica penal que pudiera considerarse “clásica”, nuestro equipo de profesionales interviene indistintamente en los procedimientos penales como defensa o como acusación particular, ejerciendo labores de asistencia, representación y dirección letrada de nuestros clientes.

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