CARRERA DE FONDO PARA LAS STARTUPS
GABRIEL ZULUAGA DÍAZ DE OLARTE
MERCANTIL
Tras varios años de exigencias por parte el colectivo de autónomos y emprendedores, las startups siguen con la esperanza de obtener una ley específica para el desarrollo de sus intereses. En la pasada legislatura, el Gobierno anunció que estaba en proceso de elaborar la “Ley de fomento del ecosistema de Startups”, en línea con su objetivo marcado de desarrollo de una “Estrategia para una Nación Emprendedora” (ENE). No obstante, con la convocatoria de elecciones y la posterior formación del nuevo Gobierno este proyecto de ley quedó paralizado. Rescatamos ahora aquellas propuestas y exigencias que estuvieron hace exactamente un año sobre la mesa, tomando así la palabra del Gobierno que se ha comprometido a continuar con la ENE y a la aprobación de una “ley específica de apoyo al ecosistema de empresas de nueva creación de base tecnológica (startups)” tal y como recoge el acuerdo de gobierno.
En la actualidad las Startups se encuentran sujetas a normativa tanto mercantil como tributaria que no responde a las peculiaridades de este tipo de empresas. La aprobación de leyes como la 11/2013, de 26 de julio, de medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo del crecimiento y de la creación de empleo, o la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización aspiraron a crear un marco jurídico que impulsara a los emprendedores a desarrollar sus ideas y proyectos, sin embargo, estas normas no han supuesto el cambio relevante que los emprendedores y autónomos esperaban para el desarrollo de un proyecto de manera ágil y eficaz.
Lo que se pretende con la implantación de una ley específica es fomentar el nacimiento de startups y el desarrollo y crecimiento de su ecosistema.
Esta ley dotaría a las startups de una delimitación conceptual concreta, que permitiría que se diferencien de las demás sociedades de capital en función de unos requisitos organizativos, laborales, técnicos y de inversión diferentes. Así como delimitaría en qué momento una startup dejaría de serlo.
Por otro lado, la eliminación de trabas burocráticas y legislativas. Las startups suelen nacer como empresas globales, basadas en la digitalización y la tecnología, esto les permite estar presentes en cualquier lugar, sin embargo, la existencia de barreras burocráticas limita sobremanera el desarrollo del proyecto. Por ejemplo, se insiste de cara a acelerar y agilizar los trámites burocráticos en la necesidad de realizarlos de manera digital en lugar de presencial.
Además, otro de los factores, estrechamente relacionado con la eliminación de trabas burocráticas, sería la flexibilización en materia laboral. La formación de equipos en las distintas fases de los proyectos es muy cambiante lo cual puede requerir un sistema de contratación creado ad hoc para las Startups. Asimismo, fomentar la atracción de talento extranjero requiere un fuerte trabajo entre administraciones, no ya del territorio español, sino en el ámbito europeo e internacional, donde, como venimos diciendo, se reduzcan las trabas burocráticas y se facilite la contratación y retención de profesionales tanto de la Unión Europea como de fuera.
Por último, se buscan incentivos fiscales para la inversión nacional y extranjera, como elevar la deducción por las inversiones, fomento del “crowfunding”, o simplificando trámites burocráticos, tales como la obtención del CIF. También incentivos para la desinversión, favoreciendo fiscalmente el impuesto de salida o las “stock options”.
Aunque existen defensores y detractores en el sector, especialmente en relación con la postura del Gobierno en temas fiscales, es importante destacar que los objetivos del Gobierno en la redacción de la ley se encontraban alineados con los intereses de la industria, lo cual resulta esperanzador. Aun así, nos encontramos ante una carrera de fondo ya que el verdadero propósito no es la aprobación de la Ley, sino que España evolucione a convertirse en un referente del emprendimiento, donde empresas y fondos de todo el mundo barajen nuestro país como un lugar idóneo para la inversión, y donde los jóvenes se puedan plantear el emprendimiento como una opción seria y de futuro de cara su vida profesional.