Como todos los años, he iniciado un ciclo de conferencias con APD sobre las novedades laborales para el año 2024, momento que me sirve para detenerme a pensar en cuestiones estructurales de nuestro mercado de trabajo.
En estas jornadas, además de coincidir con otros compañeros de profesión, compartimos con muchas empresas las reflexiones sobre el contexto social y la problemática del día a día en las relaciones laborales.
Dentro de este debate para el año 2024 se pueden extraer algunas conclusiones muy simples y en las que todos (o casi todos) coincidimos: la incertidumbre política del momento, legislando por la vía del real decreto Ley (algunos no confirmados por el Congreso), unida a los constantes anuncios de reformas con tintes electoralistas, hacen que la inseguridad jurídica en el plano del derecho laboral sea muy alta y eso no beneficia a nadie.
Pero lo que más sorprende son las altas tasas de desempleo en España (la más alta de toda Europa, de hecho, casi duplica la media comunitaria), con un 11,7% de la población en edad de trabajar, acompañadas de una tensión reivindicativa en la calle muy baja. También está resultando ilustrativa la revuelta de los trabajadores agrarios, donde los sindicatos no tienen presencia. Verdaderamente llamativo.
Por si esto fuera poco, las cifras de absentismo están en constante crecimiento: 1,3 millones de personas faltan cada día a su trabajo en España.
En definitiva, con una tasa de desempleo donde casi 3 millones de personas (2,77 mm) en edad de trabajar, están en paro ¿por qué no existen más movilizaciones en la calle?
Las cifras
Antes de dar mi visión, expondré algunas cifras:
Como digo, la tasa de desempleados en España es del 11,7% (2,77 millones de personas) que podrían trabajar y no lo hacen o no lo pueden hacer. 1.300.000 personas faltan cada día al trabajo por absentismo.
La Comunidad con menos paro es el País Vasco. Pero curiosamente es la que tiene mayor absentismo laboral (la fama de fortaleza de los vascos parece estar en entredicho).
La Línea de La Concepción en Cádiz es la población con más paro de España, un 29,32%. ¿tendrán algo que ver otras actividades irregulares de la zona? Hace muy poco se produjo un atentado contra la Guardia Civil del Estrecho, donde sus dotaciones y sus medios son cada vez más limitados.
Existen ya numerosas actividades donde hay mayor demanda de empleo que trabajadores dispuestos a aceptar esas ofertas de trabajo: teleoperadores, mozos de almacén, conductores de reparto, administrativos, desarrolladores de software, dependientes de tiendas, delegados comerciales, hostelería y seguridad privada, entre otras actividades.
Las mayores dificultades para encontrar empleo están en los jóvenes y en los parados de larga duración ¿cuáles son los motivos? Probablemente el modelo educativo en España está claramente desorientado y la cultura de la prejubilación en las grandes empresas y no tan grandes se encuentra tan arraigada que es difícil encontrar trabajadores por cuenta ajena que realmente se jubilan a su edad ordinaria.
Las razones
Como sucede en cualquier debate, los motivos que causan un problema de esta naturaleza son muy variados y como no puede ser de otra manera, generalizar siempre es malo. Evidentemente hay personas trabajadoras que “quieren trabajar y no pueden” (los grandes perjudicados) y también personas que “pueden y no quieren”. Lo cierto es que, por una u otra razón, las cifras del paro en España son las que son y sin embargo la tensión social por esta circunstancia, unida a la dificultad para que muchos sectores de actividad no encuentren trabajadores, hacen que nos hayamos acostumbrado a convivir con estos datos.
Entonces, ¿dónde está la verdadera razón? Como digo, no hay una sola razón, hay muchos detalles, pero, en mi opinión, probablemente estemos en una situación histórica y extraña en España: nos encontramos en una situación de “pleno empleo encubierto” o muy cerca de ello.
Debemos recordar que se entiende que un país está en pleno empleo cuando el paro no supera el 5% de su población en edad de trabajar.
Esta cuestión explica el porqué de las desvinculaciones empresariales masivas que se están tramitando año tras año, donde las plantillas de trabajadores y sus representantes legales están aceptando unas condiciones económicas muy atractivas para acceder progresivamente a su jubilación o para hacer caja y buscar un nuevo empleo sin prisas, pero sin pausas.
Asimismo, el alto crecimiento de las cifras de absentismo probablemente tenga dos motivos que lo explican:
Las personas trabajadoras, debido a la coyuntura actual, han perdido el respeto a la situación de desempleo.
Los constantes incrementos de los derechos especialmente protegidos en la legislación laboral suponen que, en la práctica diaria de los tribunales, la posibilidad de extinguir un contrato de trabajo por faltas reiteradas de asistencia al trabajo sea una utopía empresarial.
Conclusiones
Como siempre, una noticia buena y otra mala. Evidentemente la buena: estamos cerca de una situación real de “pleno empleo encubierto”.
La noticia mala: ¿qué estamos haciendo con la sociedad del esfuerzo y de la meritocracia? Si instauramos en nuestros hijos la mentalidad de que ¿para qué sirve estudiar? Iniciaremos la temida decadencia que ha experimentado en la historia cualquier sociedad desarrollada, probablemente Europa está ya sumida en esa decadencia, donde tiene que recurrir a la inmigración para hacer muchos trabajos que los europeos no queremos hacer. Pero, cuidado, hay entornos que están apostando por la educación como pilar fundamental de su futuro y progresivamente nos están desplazando del centro de la economía mundial y del desarrollo. El caso del sudeste asiático es un ejemplo de ello. Miremos entornos como el de Singapur y Corea del Sur
Fuente: https://www.expansion.com/juridico/opinion/2024/03/20/65fad814468aeb6a4a8b4599.html