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¿POR QUÉ ME TENGO QUE PREOCUPAR DE LOS CONTRATOS?

La situación económica global generada por el COVID-19 ha alterado sustancialmente el normal desarrollo de las relaciones empresariales y pone en cuestión la ejecución, viabilidad y razonabilidad de los contratos estratégicos de la empresa.

Múltiples dudas se plantean en un entorno hostil, cambiante y lleno de incertidumbres, en el que nada es como antes y nada parece depender de la voluntad de las partes: ¿Cómo adaptarse a la nueva situación?, ¿Qué hacer con contratos formalizados en condiciones ahora inasumibles?, ¿Cómo gestionar el “efecto dominó” en la cadena de valor de los contratos vinculados?, ¿Qué hacer si la empresa no puede cumplir con sus obligaciones contractuales o incumplen clientes y proveedores?, ¿Riesgos y responsabilidades?, ¿Cómo posicionar a la empresa en el nuevo contexto? ¿Qué oportunidades soy capaz generar?

No hay opción. Ya nada es igual y la empresa debe de afrontar inmediatamente la adaptación a la nueva situación de las condiciones económicas y jurídicas de sus relaciones contractuales estratégicas.

La capacidad de anticipación a los problemas y necesidades y a la evolución del contexto económico general y sectorial, son claves para una gestión adecuada de la crisis y, sobre todo, para conducir el proceso de cambio que definirá el posicionamiento de la empresa en el escenario futuro resultante.

¿CUÁLES SON LOS ASPECTOS MÁS RELEVANTES?

ACTUAR YA

Es fundamental gestionar inmediatamente el cambio y todas aquellas necesidades y contingencias planteadas o previsibles, para reforzar el posicionamiento de la empresa y conseguir el mejor resultado de los posibles, acreditando responsabilidad, diligencia y buena fe.

ENTENDER LOS PROBLEMAS Y NECESIDADES REALES DE LA EMPRESA Y PRIORIZAR LOS OBJETIVOS DEL NEGOCIO

Obviamente, los mecanismos legales están siempre al servicio de los objetivos de la empresa, que deben definirse de un modo realista en congruencia con el contexto económico global y específico de cada sector.

COMPRENDER EL ESCENARIO LEGAL

Ante la vorágine regulatoria e informativa, es imprescindible actuar en función del escenario legal vigente y aplicable a las concretas relaciones contractuales de la empresa, así como de la previsible evolución de los mecanismos legales que nos permiten gestionar la situación:

• Imposibilidad de cumplimiento de los contratos por causas de “fuerza mayor” y
• Modificación o terminación de los contratos, por alteración sustancial de las circunstancias la “cláusula rebus sic stantibus”.

ANALIZAR INDIVIDUALIZADAMENTE CADA CONTRATO Y SUS CIRCUNSTANCIAS

Para canalizar el cambio, es imprescindible analizar cada contrato y su evolución, identificar oportunidades, pactos y hechos relevantes en la distribución de los riesgos y responsabilidades:

• Contratos nacionales o internacionales;
• Contratos de prestación única o de prestación continuada;
• Bilaterales o multilaterales;
• Contratos entre empresas o con la administración pública;
• Tipos de obligaciones;
• Evolución del desarrollo contractual;
• Circunstancias del incumplimiento, concatenación de incumplimientos e imputabilidad;
• Actos propios de las partes durante el estado de alarma;
• Contratos de seguro y coberturas aplicables

CONTROLAR EL RIESGO

Es fundamental controlar el riesgo asociado a las posibles contingencias derivadas del impacto de los efectos económicos del COVID-19 en la estructura contractual esencial de la empresa:

• Daños y perjuicios de carácter económico;
• Responsabilidades de la empresa frente a terceros;
• Pérdida del posicionamiento en el mercado y en el sector con clientes clave y proveedores estratégicos;
• Liquidez y solvencia;
• Pérdida de valor de la compañía, (¿responsabilidad de los administradores frente a los accionistas?);
• Viabilidad como empresa en funcionamiento;

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