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¿POR QUÉ ME TENGO QUE PREOCUPAR DE LA FINANCIACIÓN?

Cualquiera que sea el origen y naturaleza de una crisis tarde o temprano siempre afecta a la liquidez de las empresas y en el caso de la crisis del COVID-19, también. Es cierto que la última crisis de 2008 fue esencialmente una crisis de liquidez y, aunque actualmente nos encontramos ante una crisis sanitaria y de demanda por cierres temporales de actividad, tarde o temprano nuestra liquidez se verá afectada.

No debemos olvidar que la realidad económica la conforman no solo los clientes y proveedores sino otros muchos actores en el mercado y a su vez existen muchos mercados. Las bolsas mundiales han sufrido fuertes pérdidas, el mercado del petróleo está en mínimos históricos, las primas de riesgo subiendo, etc. Todo ello es fruto del reciente cierre de muchas actividades en casi todos los países, pero sobre todo de la incertidumbre respecto a la evolución a medio plazo de la pandemia. No sabemos cómo va a comportarse, ni hasta qué punto va a transformar nuestra forma de vida incluso en el hipotético escenario de que una temprana vacuna logre prevenir sus efectos en el futuro. Esa falta de confianza afecta a las percepciones y valoraciones del riesgo.

¿CUÁLES SON LOS ASPECTOS MÁS RELEVANTES?

NUEVAS PREVISIONES

Debemos replantear todas nuestras previsiones: el fondo de maniobra que hasta ahora nos parecía prudente, puede dejar de serlo. A las previsiones de resultados en escenarios prudentes les va a ocurrir lo mismo, y a la expectativa conservadora de evolución del cash flow, también.

Debemos hacer nuevas previsiones en los diferentes ámbitos de la empresa y someterlas a un test de stress a la altura de la situación en la que estamos ya inmersos.

Las previsiones de tesorería nos van a sorprender si aplicamos criterios tales como el del cierre parcial de dos semanas cada cuatro meses durante el próximo año y medio, que algunos estudios científicos han pronosticado recientemente. A las necesidades de tesorería que se deriven de estas previsiones deberemos buscarles respuesta antes de que descubramos que las valoraciones que los terceros, incluidos los bancos, hacen de su riesgo con nosotros van cambiando de forma importante y al mismo tiempo antes de que las ofertas de financiación, sus condiciones y los plazos de respuesta se vayan complicando.

FUENTES DE FINANCIACIÓN

Además de las medidas internas que ayuden a reestructurar nuestros flujos financieros (reducir gastos, retrasar pagos, incrementar ingresos, anticipar cobros) será preciso acudir a fuentes de financiación externa entre las que destaca en este momento de forma importante las líneas de avales del ICO por importe de 100.000 millones de euros aprobadas por el RDL 8/2020 del pasado 17 de marzo de medidas extraordinarias COVID-19 y cuyo primer tramo de 20.000 millones se está agotando en las fases iniciales de su comercialización por parte de las diferentes entidades.

El gobierno acaba de aprobar el segundo tramo de avales por importe de otros 20.000 millones de euros (BOE sábado 11-04-2020) y los empresarios deben estar en disposición de exponer a su entidad financiera con la suficiente claridad, rigor y soporte cuáles son sus necesidades de financiación como consecuencia del COVID-19. No olvidemos, que estas líneas cuentan nada más y nada menos que con un aval del Estado de entre el 60-80% dependiendo del tamaño de la empresa, y que están abiertas hasta el 30 de septiembre próximo si no se consumen antes.

Se están aprobando otras líneas de financiación en muchas comunidades autónomas y en sectores específicos, pero tanto por su excepcional volumen como por contar con la garantía del Estado de hasta el 80% parece que la línea de Avales ICO COVID-19 va a ser la referencia de financiación en los próximos meses para la mayoría de las empresas españolas.

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