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EL RETO INDUSTRIAL, TECNOLÓGICO, VERDE Y DIGITAL DE EUROPA

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ANNE AZPIAZU BASCARAN

INTERNACIONAL

Europa fue el origen de la industria en el mundo hace ya dos siglos. Sin embargo, especialmente en las últimas décadas, hemos perdido posición estratégica frente a EE. UU. y China fundamentalmente. Por ello, si queremos recuperar posiciones y convertirnos en un referente para el mundo deberemos correr y adaptarnos a las nuevas realidades y retos que afrontamos.

En marzo de este año, la Comisión Europea presentó una nueva Estrategia Industrial Europea, con el fin de alcanzar una Europa ecológica, digital y competitiva a escala mundial. A través del Pacto Verde Europeo se trataba de conseguir que la Unión sea una economía sostenible, impulsando un uso eficiente de los recursos mediante la transición hacía una economía limpia, impulsando la biodiversidad y la reducción de la contaminación. Asimismo, se ponía el foco en la transformación digital que repercuta en beneficio de todos y refleje los valores europeos. Por esta razón, los objetivos eran contar con una tecnología que redundara en beneficio de las personas; una economía justa y competitiva y una sociedad abierta, democrática y sostenible.

La industria europea supone el 20 % del valor añadido total de la UE, 35 millones de puestos de trabajo y el 80 % de sus exportaciones.

Este pasado 25 de noviembre, el Parlamento Europeo solicitó a la Comisión que revisase los acuerdos de marzo a raíz del impacto generado por el COVID-19. La Pandemia ha incrementado sustancialmente la conciencia medioambiental y, además, la economía verde se configura como un sector con un enorme potencial de crecimiento en los próximos años. Al mismo tiempo, la apuesta del nuevo Presidente electo en USA Joe Biden sobre en “Next Green Deal “con una previsión de gasto federal de 500.000 millones de dólares anuales (cerca de un 2,5 % del PIB norteamericano), supone más presión a Europa a la hora de lograr una posición industrial preponderante en el mundo.

En definitiva, la definición de una nueva Estrategia Industrial Europea constituye un reto y a la vez una oportunidad. Sin embargo, es evidente que el COVID-19 y sus consecuencias han generado una crisis sin precedentes en Europa por lo que, más que nunca, es necesaria una solución colectiva y coordinada. Si bien todos los sectores de la economía y en especial las PYMES se han visto seriamente afectadas por la crisis, una recuperación rápida y justa no llegará si no se introducen cambios.

Por lo tanto, la Estrategia Industrial Europea debe comenzar afrontando la recuperación industrial y la competitividad a largo plazo. Por consiguiente, son necesarias: recuperación; reconstrucción y resiliencia. Es necesario que esta Estrategia Industrial aborde las tres fases, a la vez que se centre en una transición ecológica, digital, justa y equitativa que refuerce la soberanía de la Unión y su autonomía estratégica.

España y Europa tienen ahora una enorme oportunidad para transformar sus economías si somos capaces de utilizar bien los recursos disponibles a través del Fondo Europeo de Recuperación.

Paralelamente, son necesarias políticas específicas de ayudas estatales a los sectores que más han sufrido con la Pandemia, en especial: las industrias automovilística, turística, aeronáutica, siderúrgica y metalúrgica. En la misma línea, es importante que las ayudas del programa NG EU lleguen a las PYMES de una manera generosa.

A la espera del nuevo papel de EEUU en el mundo, es posible que la crisis del COVID genere un mayor nacionalismo económico y proteccionismo. Este es el gran desafío para Europa en los próximos años. De nuestro éxito dependerá que seamos capaces (o no) de encontrar nuestro sitio en la nueva geopolítica global, porque necesitamos buscar una posición en el mundo junto a USA y China.

En una Europa compleja y difícil, el reto industrial, tecnológico, verde y digital nos medirá nuestra capacidad para resituar la Europa de los tratados originales de los 50’ y 60’ en este nuevo escenario.