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¿QUÉ ESTA PASANDO CON LA SEGURIDAD SOCIAL? (CUATRO CUESTIONES BÁSICAS)

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José Ramón Mínguez Benavente

Laboral y de la Seguridad Social

Como es conocido por todos, el debate y manipulación de las pensiones de Seguridad Social se ha convertido en un clásico en la etapa democrática desde 1978. En este sentido la utilización por unos y otros de una cuestión tan crítica como esta, en el mantenimiento del estado de bienestar, exige tener un mínimo rigor con los datos para poder transmitir a los ciudadanos una pregunta clave: ¿Qué modelo de Seguridad Social queremos para el futuro de nuestros hijos?

Evidentemente, los que no han cotizado al Sistema o lo han hecho en cuantías mínimas, se manifestarán diciendo que las pensiones son muy bajas. Por el contrario, los que han cotizado por bases máximas (aunque no se manifiesten) mantendrán que su esfuerzo de muchos años de trabajo les ha llevado a tener una pensión cada vez más próxima a la de los que no han cotizado.

En definitiva, detrás de estos debates, además de una cuestión ideológica, hay una pregunta esencial: ¿Qué modelo queremos mantener y sobre todo cómo se está alterando progresivamente y en voz baja el modelo inicial?

Para tener una ligera visibilidad, con datos, de algunas cuestiones básicas, vamos a sintetizar la realidad de cuatro de estos debates, para lo cual partiremos de datos del país vasco que pueden ser extrapolables al resto de Comunidades Autónomas:

Primero. EQUILIBRIO ENTRE COTIZACIONES Y PENSIONES MÁXIMAS. –

¿Por qué existen cerca de 100.000 cotizantes por base máxima en el País Vasco, y solo hay 40.000 pensionistas por máximos?

Además de otras razones más difíciles de explicar técnicamente, el motivo esencial es el cómputo de años de cotización que se utiliza para el cálculo de la pensión de jubilación.

A partir de la ley 26/1985 (Gobierno de Felipe González), se inició la modificación del número de años tenidos en cuenta para determinar la pensión. Dicha ley introdujo la fórmula 96/112. Es decir, desde dicha fecha se computaron 8 años de cotizaciones, cuestión que dio lugar a la huelga general convocada por CCOO, el 20 de junio de 1985, contra la reforma de pensiones. Según este sindicato era una barbaridad computar 8 años.

Actualmente, tras sucesivas reformas de unos y otros Gobiernos, la fórmula actual para el cálculo de la pensión de jubilación computa 25 años trabajados y cotizados.

Consecuentemente, en la actualidad hay muchos cotizantes por base máxima que al haberse extendido los años de cálculo para determinar la base, se han visto perjudicados y no consiguen acceder a la pensión máxima de jubilación. Lógicamente, no es lo mismo calcular la pensión sobre los dos últimos años, que sobre los 25 últimos años.

¿Qué debate está encima de la mesa en la actualidad?… ampliar el cómputo de años cotizados hasta incluir en la base reguladora toda la vida laboral. En mi opinión, desde una perspectiva técnica y aunque sea impopular sería lo lógico para reforzar el carácter contributivo y de equidad de la Seguridad Social, tal y como estaba previsto en la recomendación novena del Pacto de Toledo firmado en 1996.

Segundo. –  INCREMENTO DE LAS BASES MÁXIMAS DE COTIZACIÓN Y PENSIONES MÁXIMAS-

Como hemos visto en el apartado anterior, el efecto del número de años cotizados que se deben utilizar para el cálculo de la pensión se ha incrementado notablemente desde el principio de la etapa democrática, hasta la actualidad, cuestión que tiene su impacto en la reducción de las pensiones máximas de jubilación.

Asimismo, otro debate que está alterando de forma progresiva e irremediable la equidad y contributividad del Sistema, es que la base de cotización de las pensiones máximas en los últimos 10 años ha subido en un 26,85% y, sin embargo, la pensión máxima únicamente ha subido un 11,73%.

Dicho de otra manera, de forma progresiva y silenciosa el incremento de las pensiones mínimas cada vez está acercando más sus diferencias con las pensiones máximas. En consecuencia, cada vez tiene menor rigor técnico hablar del carácter contributivo del Sistema, cuando nos estamos desplazando, en silencio, hacía un modelo asistencial de Seguridad Social.

Pero, además, el régimen progresivo de entrada en vigor del nuevo modelo de cotizaciones máximas y pensiones máximas agravará aún más está cuestión, toda vez que el incremento de la cotización de las pensiones máximas se irá aplicando mucho más rápido que el aparentemente equitativo incremento de las pensiones máximas.

En definitiva, cada vez será más injusto socialmente el esfuerzo realizado por los cotizantes al máximo, respecto a los que no han cotizado o han cotizado por mínimos. A modo de ejemplo, una persona que haya cotizado por mínimos durante 37 años, calculado a dinero de hoy, habrá cotizado en toda su vida laboral 102.120 euros. Por el contrario, la misma persona que haya cotizado por base máxima habrá cotizado en el mismo periodo de 37 años 562.548 euros. Es decir, una diferencia de casi 500.000 euros de cotización.

Posteriormente, reconocidas las correspondientes pensiones de jubilación, el primero tendrá derecho a una pensión mínima de 890 euros al mes (con su cotización de 102.120 euros) y el segundo tendrá derecho a una pensión máxima de 2.819 euros al mes (con su cotización de 562.548 euros) … saquen Ustedes las cuentas.

Tercero. – MODELO ASISTENCIAL vs MODELO CONTRIBUTIVO

Sin ánimo de hacer ahora un tratado teórico sobre los modelos de Seguridad Social es conveniente recordar al lector algunos detalles básicos:

  • Modelo asistencial.- es el basado en los informes de Beveridge, implantado en Inglaterra, que consiste en proteger a toda la población de un país de sus necesidades sociales, por el simple hecho de ser ciudadano de ese país y con independencia de que haya cotizado o no. Lógicamente, el modelo “no deja a nadie atrás”, pero evidentemente las pensiones son mucho más bajas al estar financiadas por impuestos, cuestión que obliga a los ciudadanos a mantener un régimen de protección complementario “para quien se lo pueda y quiera pagar”.
  • Modelo contributivo.- es el basado en el modelo de Bismarck y generado por el desarrollo industrial de la cuenca del Ruhr en Alemania, que consiste en reconocer la protección social y pensiones en función de lo que cada ciudadano ha cotizado previamente. Este modelo implica un importante esfuerzo de cotización durante toda la vida laboral, pero termina reconociendo unas pensiones mucho más dignas que las existentes en un modelo asistencial.

En definitiva ¿Qué modelo es socialmente más justo y más respetuoso con la equidad y contributividad del sistema?, la respuesta obviamente tiene una gran carga ideológica.

¿Qué modelo se implantó en España a partir de la constitución de 1978?, un modelo mixto contributivo y asistencial, mediante el establecimiento de unas pensiones reconocidas en base a la cotización realizada y complementadas para los más necesitados, mediante el complemento de mínimos.

¿Qué está sucediendo en España? Que, como hemos visto en los apartados anteriores, el carácter contributivo y de equidad se está desplazando, en silencio, hacía un modelo abiertamente asistencial.

En resumen, ¿Cuál es mi propuesta? Que se diga y explique la verdad para evitar que se produzca un engaño a los cotizantes por máximos.

Cuarto. – MODELO DE CAPITALIZACIÓN Y DE REPARTO

Por último, otro debate básico en el modelo de Seguridad Social consiste en definir si un país opta por un modelo de reparto entre generaciones o, por el contrario, un modelo de capitalización.

  • Modelo de reparto.- los trabajadores de hoy pagan las pensiones de hoy y, en el futuro, los pensionistas del futuro cobrarán de los cotizantes del futuro. Dicho de otra manera, los cotizantes de hoy dependerán de lo que quieran y decidan las generaciones futuras.
  • Modelo de capitalización.- como sucede con muchos modelos comparados en Europa (el fondo de pensiones noruego es un ejemplo de esto), en los modelos de capitalización cada pensionista invierte en un fondo público sus propias cotizaciones, de forma que su dinero, bien o mal gestionado, siempre está ahí y no depende de la solidaridad intergeneracional.

Después de múltiples debates, la mayoría de los Sistemas europeos de Seguridad Social se han desplazado hacía el modelo de capitalización. Este fue el ejemplo de Alemania, que partiendo de un modelo de reparto (como España) ha sido capaz de ir desplazando progresivamente el modelo de reparto puro, hacía un modelo mixto de capitalización y reparto.

En España, como probablemente será conocido, se mantiene contra viento y marea el modelo puro de reparto intergeneracional.

Ahora se preguntarán Ustedes ¿Qué modelo es mejor? Una vez más dependerá del componente ideológico y de la tentación del Gobierno de turno en utilizar la caja etérea existente en la Seguridad Social para financiar otras cuestiones. Lógicamente, el modelo de capitalización, con un mayor control e información a favor de los cotizantes, siempre será más coherente y sólido a favor del ciudadano.

En definitiva y como conclusión final… “con los ahorros y las pensiones de los trabajadores que han dedicado toda una vida laboral para cotizar por ello, no se debe jugar”.